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Analistas intentan explicar sorpresivo resultado de elección en Perú

Los resultados de la elección presidencial en Perú son llamativos por varios aspectos, como que el candidato triunfador, Pedro Castillo (izquierda), no destacaba en los sondeos que se realizaron poco antes de la elección; y que ninguno de los dos abanderados que pasaron al balotaje obtuvieron ni siquiera el 20% de los votos: Castillo ganó con el 17,5% y Keiko Fujimori (derecha populista) lo secundó con el 13,1%, cuando en elecciones anteriores quienes pasaban a segunda vuelta lo hacían con el 30% ó 40% de los sufragios.

¿Qué es lo que pasó en Perú? La analista internacional y académica de la Universidad de Santiago, Lucía Dammert, comenta a Emol que “con la crisis de la pandemia, que ha azotado muy fuertemente a Perú, los liderazgos políticos se han licuado con mucha rapidez, entonces los que estaban primeros hace seis meses, hace tres meses y hace un mes fueron cambiando sustantivamente”.

“La volatilidad del reclamo ciudadano y la crisis del covid ha hecho que hace seis meses estuvieran con (George) Forsyth, después con (Yonhy) Lescano, después con (Rafael López) Aliaga y, bueno, ahora finalmente con (Pedro) Castillo. Si la elección fuera en un mes, probablemente saldría otro (candidato). Ha habido como un proceso de destrucción y construcción de los candidatos muy fuerte“, señala la analista peruana, que reside en Chile.

De hecho, en las últimas semanas quienes lideraban las encuestas eran Yonhy Lescano y George Forsyth, que en esta primera vuelta no estuvieron entre los cuatro primeros.

Sobre el repunte de Castillo en las últimas semanas, Dammert cree que responde a “la rabia que tienen los ciudadanos de lo que está pasando, hay un voto de reivindicación y castigo; por algo Castillo ha propuesto la estatización de los recursos naturales y la derogación de la Constitución”. “La pandemia ha demostrado la crisis que realmente tenía el país por dentro (…) el voto de Castillo es el voto por un reclamo de un país que creyó que estaba a punto de entrar a la OCDE, pero cuando se dio cuenta no tenía oxígeno en sus hospitales. Los familiares de los muertos se han dado cuenta de las profundas debilidades del Estado”, afirma.

Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, comenta que si bien –por ley– la última encuesta en el país vecino se publicó una semana antes de la elección, “en los últimos días había una serie de rumores de que Castillo estaba repuntando; pero si uno ve respecto de la última encuesta y lo que realmente alcanzó (en la elección), fue ascendiendo casi un punto diario“.

Señala que habría varios factores detrás de su ascenso, como “el descontento con la política tradicional”, pero también que “hay una lectura que no se hizo: hay una excesiva centralidad en Lima y no se leyó lo que venía desde la provincia, y Castillo fue logrando cada vez más adhesión desde el sur, hizo una campaña distinta, con mucha convocatoria masiva en un periodo de pandemia y fue captando mucha adhesión en provincia“.

El descontento ciudadano, sumado a la falta de sintonía de la política con las distintas realidades del país, también explicaría la alta dispersión de votos. “La hiper concentración de la elite política en Lima con una muy limitada relación con la necesidad y los reclamos del mundo más andino también explica por qué muchos candidatos no tienen ni siquiera un porcentaje que en elecciones anteriores los hubiera dejado terceros“, apunta Dammert.

Mientras que Milet señala que “la fragmentación de votos da cuenta de un escenario político totalmente polarizado (…) en 2020 en una semana hubo tres Presidentes, hay una erosión del sistema político, ningún partido logra convocar; además, durante la pandemia ha habido una profundización de algunos fenómenos estructurales de carencia, de una sociedad descontenta, con una clase política que no responde a sus necesidades, y que se evidencia ahora en que ninguno de los candidatos logre tener un respaldo masivo“.

“Caudillismo” estaría lejos de replicarse en elección chilena

Otro tema presente en la última elección peruana han sido los liderazgos personales que representan las distintas candidaturas, más cercano a los caudillismos. Las analistas explican que ese fenómeno se arrastra desde hace años y se relaciona con la poca relevancia que tienen los partidos políticos en ese país. “En Perú no existe el sistema de partidos políticos hace muchos años y esta elección es una expresión más de eso”, comenta Dammert.

Perú no tiene un sistema de partidos consolidado, sino que hay movimientos coyunturales que surgen y llevan a determinados candidatos al poder; por ejemplo ‘Perú Posible’ de (Alejandro) Toledo, lo llevó al poder y prontamente se fue perdiendo, entonces lo que prima más bien son los liderazgos personales sobre la institucionalidad”, explica Milet.

Agrega que “el partido, por excelencia, con proyección nacional era el APRA, que ahora no está participando, y ‘Fuerza Popular’, de Keiko Fujimori, es el otro que tiene mayor proyección. Pero los otros son movimientos o partidos que no tienen representación en todo el Perú, entonces eso motiva que surjan estos liderazgos individuales”.

Por lo mismo, las expertas consideran que lo que ocurre en Perú, con el surgimiento de estos caudillismos, está lejos de replicarse en las elecciones presidenciales en Chile.

Lo que está pasando en Perú lleva ya 20, 25 años de deterioro profundo del sistema de partidos. Allá el rango de candidatos va desde Soto, que dijo que no iba a comprar la vacuna y que iba a dejar que el mercado la defina, hasta otros que quieren cerrar el Banco Central. Acá (en Chile) todavía la discusión está marcada en otros sentidos; los partidos políticos no han explotado como en Perú”, señala Dammert, aunque cree que “lo de Perú es algo que uno debe mirar con mucha atención para no seguir ese camino”.

Milet afirma que “la realidad peruana es muy distinta a lo que ocurre acá. Allá hay un proceso de regionalización que no ha sido exitoso y muchas candidaturas surgen en representación desde las regiones, hay una polarización a nivel regional, y un sistema político de partidos que tiene mucha menor consolidación que acá. Acá los partidos tienen proyección nacional”.

FUENTE EMOL

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