En el caso del cobre, la llamada producción secundaria, que consiste en recuperar y reprocesar chatarra y residuos industriales para fabricar cátodos de alta pureza, permite reducir de manera significativa el consumo energético en comparación con la ruta tradicional de extracción, fundición y refinación.
Según un estudio de GEM Mining Consulting, producir cobre secundario puede requerir hasta un 85% menos energía que el cobre primario, ofreciendo un potencial relevante para disminuir emisiones de carbono y costos operativos. Esta diferencia se entiende al comparar el consumo energético de cada etapa del proceso convencional de minería de cobre. La siguiente tabla resume los consumos estimados desde la extracción hasta la obtención de cátodos:
Tabla 1: Consumos energéticos utilizados en cada etapa de proceso en minería de cobre
Etapa del proceso | Descripción | Consumo energético [MBTU/t Cu] | Consumo energético [GJ/t Cu)] | Consumo energético [MWh/t Cu] |
Minado | Extracción del mineral desde la mina | 21 [MBTU] | 21 [GJ] | 5,9 [MWh] |
Molienda y concentración | Trituración y flotación para obtención de concentrados | 43 [MBTU] | 45 [GJ] | 12,5 [MWh] |
Fundición y refinación | Fundición convencional hasta obtener cátodos | 31 – 40 [MBTU] | 33 – 42 [GJ] | 9,1 – 11,7 [MWh] |
Total | Desde extracción hasta cátodo | ~94 – 103 [MBTU] | ~99 – 108 [GJ] | ~27,5 – 30,1 [MWh] |
Fuente: Elaboración Propia en base U.S. Department of Energy (2013).
Estos datos permiten dimensionar el alto consumo energético del proceso convencional y explican por qué la producción secundaria representa una oportunidad significativa para reducir emisiones y costos. Sin embargo, el análisis advierte que en Chile existen barreras estructurales que frenan el desarrollo de esta industria, siendo el costo de la energía la principal limitante.
“Hoy tenemos precios de la electricidad que son más del doble que en Perú o Argentina, y eso hace inviable una planta pequeña”, explica Pablo Faúndez, Practice Leader Environment and Society de GEM. De acuerdo con el informe, el precio máximo de energía que permitiría rentabilidad para una planta pequeña ronda los 80 USD/MWh, un valor similar al que ya pagan actualmente los grandes consumidores industriales en el país, dejando sin margen de negocio antes incluso de considerar las inversiones necesarias en infraestructura.
En contraste, países vecinos como Perú o Argentina ofrecen tarifas eléctricas del orden de 30 a 40 USD/MWh, generando ventajas competitivas significativas para establecer plantas de reciclaje de cobre.
Escasez de insumos y escalas mínimas viables
El estudio también identifica un problema de escala productiva: Chile exporta apenas 40.000 toneladas de chatarra de cobre al año, volumen insuficiente para sostener la operación técnica de una planta de gran tamaño. En consecuencia, solo las plantas de capacidad media (entre 25.000 y 40.000 toneladas anuales) aparecen como una opción realista para el país. Según las proyecciones del informe, estas instalaciones podrían generar un valor presente neto (VAN) estimado entre 100 y 200 millones de dólares, siempre que logren asegurar el suministro suficiente de chatarra y accedan a precios de energía más competitivos.
Para ilustrar esta dinámica, el estudio calcula el precio máximo de energía que permitiría rentabilidad según la escala de planta:
Tabla 2. Ejemplo de cálculo de precio máximo de energía por escala de operación
Escala de planta | Capacidad [t/año] | Consumo específico [MWh/t] | OPEX sin considerar energía [US$/t] | Precio de energía [US$/MWh] |
Pequeña | 5.000 | 3,2 | 600 | 106 [US$/MWh] |
Pequeña-mediana | 25.000 | 2,9 | 300 | 220 [US$/MWh] |
Mediana | 40.000 | 2,8 | 250 | 246 [US$/MWh] |
Grande | 75.000 | 2,7 | 200 | 274 [US$/MWh] |
Estos resultados dejan en evidencia que los precios de la energía en Chile hoy superan con creces los umbrales de rentabilidad, incluso para plantas de tamaño mediano, constituyendo una barrera crítica para el desarrollo del reciclaje de cobre.
Un llamado para la política pública
El estudio de GEM Mining Consulting subraya que, aunque la economía circular es una estrategia clave para reducir la huella de carbono de la minería, Chile no cuenta hoy con las condiciones para aprovechar plenamente su potencial en reciclaje de cobre. Para revertir esta situación, Faúndez plantea la necesidad de políticas públicas que impulsen la recolección y el reciclaje de metales, reduzcan las barreras económicas y aseguren la disponibilidad de materiales secundarios en el mercado interno.
Pablo Faúndez, Practice Leader Environment and Society de GEM Mining Consulting, dice que “el potencial de la minería urbana es considerable: la producción de cobre secundario no solo consume menos energía, sino que también implica menores emisiones de CO₂, menor consumo de agua y menos generación de residuos sólidos. Superar las actuales limitaciones permitiría reforzar la seguridad de suministro de cobre, diversificar la matriz productiva nacional y capturar beneficios económicos y ambientales esenciales para la minería del futuro”.
FUENTE: PORTAL MINERO