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Alejandro San Francisco: “La reelección de Piñera y Bachelet son muy relevantes históricamente, y eso marcará el siglo XXI”

Fueron tres días de funerales de Estado del ex Presidente Sebastián Piñera, luego que el martes se registrara su muerte en un accidente aéreo en el Lago Ranco. Desde entonces, se multiplicaron las condolencias y el reconocimiento transversal de su paso por La Moneda, en dos oportunidades.

Si bien varios ya han destacado su carácter democrático o la forma en que enfrentó grandes crisis, como el estallido social y la pandemia; otros, con más cautela, plantean que aún emanan dichos y observaciones en medio del impacto de la trágica y repentina muerte.

Alejandro San Francisco, director del Instituto de Historia de la Universidad San Sebastián (USS), concuerda en que aún es temprano para algunas conclusiones, especialmente en el ejercicio de revisar cómo el ex Presidente Sebastián Piñera será recordado y reconocido en la historia.

No obstante, hay varias certezas: Piñera fue el primer candidato de derecha en llegar a La Moneda desde el retorno a la democracia, y lo hizo en dos oportunidades, en alternancia con la ex Presidenta Michelle Bachelet, procesos que “son muy relevantes históricamente, y eso quedará marcado en el siglo XXI“, comenta San Francisco. Asimismo, observa que durante su segundo gobierno, el más complejo, donde incluso enfrentó un parlamentarismo de facto, “la oposición dejó de lado en buena medida la lealtad hacia la democracia“.

¿Dónde se puede situar al ex Presidente Piñera en el amplio arco político de la historia de Chile?

Hay dos elementos relevantes que están ubicados en la democracia chilena a partir de 1990. El primero, se refiere a un fortalecimiento de la democracia, en cuanto el Presidente Sebastián Piñera es el primero en lograr la alternancia en el poder, luego que la ex Concertación gobernara por 20 años. La segunda parte, es que en los años ’90 se había privilegiado una política de talante parlamentario, y a partir del gobierno del ex Presidente Piñera, emerge una nueva forma de hacer política, a través de movimientos sociales, que en la práctica significan una crisis de la forma como había operado la política hasta entonces, lo que significa un bypass al Congreso Nacional. Esto se expresa de manera mucho más gráfica en la revolución de octubre de 2019.

— La crisis de 2019 también dio pie para los llamados a un “parlamentarismo de facto”.

En su segunda administración se declaró el llamado “parlamentarismo de facto”, que es una forma alternativa a la establecida de manera constitucional, pero que en la práctica empezó a regir producto de la revolución de octubre y luego se consolidó producto de la crisis sanitaria por el covid-19. Lo que hizo la oposición de entonces fue negociar, incluso con parlamentarios de Gobierno, saltándose así al Presidente de la República y sus ministros. De hecho, el entonces presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD), dijo expresamente que “si el Presidente Piñera quiere seguir gobernando, debe pasar a una segunda línea y aceptar un parlamentarismo de facto”.

— ¿Por qué se tomó esta postura desde el Parlamento?

En materias como el parlamentario de facto y en la forma de hacer oposición contra el gobierno del Presidente Piñera que se manifestó en las calles en 2011 y en octubre de 2019, no son un problema de Gobierno, son un problema de oposición, en cómo actúa la oposición al gobierno de turno. En el segundo gobierno del Presidente Piñera, la oposición dejó de lado en buena medida la lealtad hacia la democracia; si bien estuvo dispuesta a llegar a acuerdos, como el del 15 de noviembre, también estuvo por avanzar en acusaciones constitucionales, no sólo contra los ministros, sino que en contra del Presidente, en dos ocasiones, aunque resultaran fallidas. Aquí no sólo tiene que ver con la administración que tenga un gobierno, sino que también con el comportamiento de la oposición.

— Según comentó el escritor Alfredo Sepúlveda, por definición, lo que hizo la oposición en ese periodo fue “desleal”. ¿Coincides con ello?

Efectivamente hay personas o grupos de la ciencia política que lo califican de esa manera, de una oposición que no es desleal con el gobierno de turno, sino que con el régimen democrático en sí mismo, lo cual habría que evaluarlo en su caso respectivo. Pero efectivamente se extraña una mayor lealtad a la democracia, al menos como la conocimos y ha funcionado desde 1990 en adelante, porque el riesgo es muy alto. En el caso de crisis, como la de la revolución de octubre, cuando se supone que debiera haber mayor coordinación, es un problema que haya grupos que prefieran quebrar con el gobierno de turno, aunque ello redunde en un costo mayor para la institucionalidad.

— Si hubiera que equiparar, guardando sus diferencias, la figura de ex Presidente Piñera con otra figura del arco histórico político, ¿con quién sería?

Es bien importante mirar las cosas en perspectiva histórica. El Presidente Piñera es el primero de la derecha en llegar a La Moneda, y en ese sentido, es comparable a Jorge Alessandri, en 1958. La diferencia con Alessandri es que cuando intentó la reelección en 1960, no logró ser reelegido, y Piñera sí lo consiguió. La ex Presidenta Michelle Bachelet también lo logró.

— Cuando se mire la historia política de Chile, esta alternancia entre Piñera y Bachelet, ¿será parte del “sello” del inicio de los mandatos del siglo XXI?

Sí. Es evidente que la reelección de Piñera y Bachelet son muy relevantes históricamente, y eso quedará marcado en el siglo XXI. Hay que pensar que llevamos 24 años del siglo XXI, de los cuales 16 han sido gobernados por dos personas, en dos ciclos de cuatro años cada uno. Evidentemente han marcado este periodo, tanto en sus aspectos positivos como negativos. Lo positivo, es su capacidad de carácter democrático de recibir respaldo popular en sus respectivos momentos históricos, y lo negativo, es la incapacidad de renovación generacional en sus respectivos sectores.

— ¿Qué costos ha traído eso para cada sector?

En el caso de la ex Presidenta Bachelet, quien tiene un liderazgo relevante, a la larga, para la Concertación o Nueva Mayoría, eso significó la incapacidad de renovar los cuadros, y llevó a que surgiera por la izquierda una fuerza política mayor, que es la el Frente Amplio. Lo mismo ocurrió en la derecha, cuando la derecha, cuando Chile Vamos fue incapaz de renovar los cuadros, y surgió una fuerza superior por la derecha, el Partido Republicano, de manera tal que la retención positiva para ocupar por segunda vez en La Moneda, es también un problema en la capacidad de tener nuevos gobiernos.

— Desde la muerte del ex Presidente Piñera, distintas voces, de manera transversal, incluyendo el Presidente Boric, han destacado su carácter demócrata. ¿Queda con esa impronta para la historia?

Creo que es demasiado pronto para evaluar cómo va a quedar para la posteridad el ex Presidente Sebastián Piñera. Resulta claro que los dos gobiernos de la centroderecha fueron de carácter democrático y hubo un intento antidemocrático de bajarlo de su segunda administración, pero cómo pase a la historia, es una cosa muy compleja. Pasó con Allende, con Pinochet, con Patricio Aylwin. En el caso de Piñera es lo mismo, cuando terminó su segundo gobierno, muchos en la izquierda dijeron que había terminado el peor gobierno de la historia, y resulta que ahora reivindican no sólo su carácter democrático, sino que muchos de sus logros. Y pasa lo mismo con los sectores más proclives al sector de Piñera, que en buena medida, reivindican los aspectos más positivos de su administración, y parece que esa va a ser la imagen que va a pasar hacia el futuro; sin embargo, no es posible asegurarlo, porque estamos en la transversal congoja que se ha producido por la muerte prematura y trágica del ex Presidente Piñera.

— Si pudieras poner en un título o frase, una definición del primer y segundo gobierno del ex Presidente Piñera, ¿cuáles serían?

Al primer gobierno lo llamaría “el fin de la Concertación y la derecha en La Moneda”; y en el caso del segundo, que es mucho más complejo desde el punto de vista histórico, lo titularía como “al calor de la revolución de octubre”.

Fuente: Emol.com

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