Copiapó, Región de Atacama – Los últimos resultados de la Comisión Asesora Presidencial para la Actualización de la Medición de la Pobreza han revelado una realidad preocupante en la Región de Atacama. Esta zona se ha posicionado como la tercera con mayor índice de pobreza multidimensional del país, alcanzando un 27,2% según datos difundidos en junio. Este resultado representa un salto relevante frente al 20,3% registrado en 2022, evidenciando una expansión de carencias sociales que van más allá del ingreso económico.
La Fundación Hogar de Cristo, con arraigo y presencia activa en múltiples territorios del país, ha tomado estos resultados como insumo vital para orientar su estrategia social. Carol Calderón Gutiérrez, jefa de operación social territorial de la organización en Atacama, explicó cómo estos instrumentos permiten afinar el trabajo de intervención comunitaria.
Factores como la pandemia, el estallido social, la crisis migratoria y el envejecimiento demográfico configuran nuevas formas de exclusión y vulnerabilidad que requieren una respuesta multidisciplinaria. El acceso limitado a medicamentos, educación y vivienda son apenas la superficie de una realidad que afecta a miles de personas en la región. Hogar de Cristo ha observado estas tendencias desde hace años, y los datos actuales confirman que es momento de reforzar sus líneas de acción.
Según expresó Calderón, se destacan áreas que requieren atención urgente dentro de la estrategia quinquenal de la fundación:
No se trata solo de implementar programas asistenciales, sino de incidir directamente en políticas públicas. Hogar de Cristo participa activamente en mesas de trabajo con autoridades locales y ministerios, buscando que las decisiones institucionales respondan al verdadero estado de los territorios. El trabajo conjunto con el Estado, como colaboradores en numerosos proyectos sociales, permite canalizar recursos y diseñar soluciones integrales.
Carol Calderón, dejó claro que el rol del Hogar de Cristo va más allá del acompañamiento: busca transformar estructuras:
Las transformaciones sociales también han tocado la educación inicial. La crisis migratoria ha generado un incremento en la demanda de jardines infantiles, sobre todo en zonas de paso donde se concentran familias en situación irregular. La fundación ha debido ampliar su cobertura y flexibilizar su enfoque para incorporar a niños y niñas que hasta hace poco quedaban fuera de los programas formales.
Finalmente concluyó Calderón, reafirmando el compromiso de la institución en hacer de Atacama una región más justa y solidaria.