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Agua caliente en casa: ¿Cuál es la opción más inteligente para tu bolsillo y el planeta?

En Chile, el agua caliente es  un servicio básico que damos por sentado… hasta que falla. En mi experiencia junto a Kaltemp, he visto cómo las familias buscan cada vez más sistemas que no sólo entreguen confort, sino también eficiencia y ahorro. Por ello, quiero compartir mi mirada sobre las principales alternativas para producir agua caliente en el hogar, sus diferencias y cuál podría ser la más conveniente para tu familia.

El calefón es probablemente la opción más tradicional en nuestro país. Funciona bien para hogares donde el consumo es intermitente y no se requiere acumular grandes volúmenes de agua caliente. Sin embargo, su dependencia del gas lo hace más vulnerable a variaciones de precio y genera mayores emisiones de CO₂. Además, no siempre garantiza temperatura constante, y muchas veces hay que esperar unos segundos para que el agua caliente llegue a la ducha.

La caldera, más común en casas grandes o en edificios con sistemas centralizados, permite alimentar tanto el agua caliente sanitaria como la calefacción. Ofrece un buen nivel de confort, pero su costo de operación puede ser elevado y su mantenimiento más exigente. Si bien es eficiente en sistemas bien diseñados, sigue dependiendo de combustibles fósiles.

El termoeléctrico es un sistema que acumula agua en un estanque y la mantiene caliente mediante resistencia eléctrica. Es fácil de instalar, no requiere ventilación y puede instalarse en espacios pequeños. El problema es su eficiencia: por cada kWh eléctrico consumido, entrega prácticamente 1 kWh térmico, lo que se traduce en un gasto energético importante y, por ende, en una cuenta de luz más alta. Sin embargo, dependiendo de la tarifa eléctrica y de gas el consumo suele ser similar a un calefont.

Ante estas variables, en los últimos años hemos visto un gran salto tecnológico con la llegada de la bomba de calor sanitaria. Este sistema utiliza tecnología aerotérmica para extraer calor del aire y transferirlo al agua, alcanzando eficiencias de hasta un 300%. Esto significa que por cada kWh eléctrico consumido, puede entregar 3 kWh térmicos. Además, el confort es inmediato: el agua caliente sale al instante y, gracias a su estanque acumulador de 200 o 300 litros, permite hasta seis duchas simultáneas sin perder temperatura. Si la combinas con paneles solares fotovoltaicos, puedes reducir tu consumo de la red prácticamente a cero y ahorrar hasta un 100% en el costo de agua caliente.

La decisión de qué sistema elegir depende de factores como el tamaño del hogar, el patrón de consumo y el presupuesto de inversión. Si buscas bajo costo inicial y tienes consumo reducido, el calefón sigue siendo una opción válida. Si necesitas calefacción y agua caliente en gran volumen, la caldera puede ser conveniente, siempre que asumas su costo operativo. Si priorizas la simpleza de instalación y no te importa un mayor gasto eléctrico, el termoeléctrico es una alternativa rápida. Pero si quieres eficiencia, ahorro a largo plazo y un sistema alineado con la sustentabilidad, la bomba de calor sanitaria, sobre todo si la combinas con energía solar, es en mi opinión la opción más inteligente hoy en Chile.

Estamos en un momento donde las decisiones que tomamos en casa también impactan el futuro del planeta. Adoptar tecnologías más limpias y eficientes no es sólo una inversión en confort, es también un compromiso con un país más sustentable.

Para más información: www.kaltemp.cl

FUENTE: AGENCIA

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