La discusión del proyecto de ley que crea la Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo (AFIDE) no es un trámite más en el Congreso. Se trata de una decisión estratégica que puede marcar la diferencia en cómo Chile enfrenta uno de sus mayores desafíos: transformar su matriz productiva en base a la innovación y el desarrollo tecnológico.
Hoy, nuestra economía depende en gran medida de la explotación de recursos naturales, especialmente del cobre y el litio. Sin embargo, la verdadera riqueza no radica únicamente en la extracción, sino en la capacidad de generar valor a partir de ellos. Y en este punto, el rol de los proveedores mineros es esencial. Son más de 8.000 empresas, de diversos tamaños y capacidades, que poseen oferta de bienes y servicios, y varios de ellos desarrollan soluciones tecnológicas innovadoras, procesos y conocimientos que permiten a la minería ser más eficiente, sostenible y competitiva a nivel global.
No obstante, existen obstáculos presentes, donde este ecosistema innovador se ha visto limitado por la falta de instrumentos de financiamiento adecuados. Startups, scaleups y emprendimientos de base científico-tecnológica, suelen enfrentar barreras de acceso al crédito tradicional, lo que frena la posibilidad de escalar proyectos que podrían revolucionar la industria. Aquí es donde AFIDE adquiere un valor crucial.
Inspirada en modelos de éxito como el de KFW en Alemania o BpiFrance en Francia, AFIDE permitiría ampliar la variedad de instrumentos financieros disponibles, desde fondos financieros hasta préstamos sindicados, potenciando la inversión privada y compartiendo riesgos. Esto no solo beneficiará a las grandes empresas, sino que abrirá un espacio real para que los proveedores mineros accedan a capital, financien la adopción tecnológica y desarrollen innovaciones que luego pueden exportarse al mundo.
En momentos en que el Ministerio de Minería trabaja en una estrategia para convertir a Chile en un líder global en soluciones mineras hacia 2050, contar con una agencia como AFIDE es fundamental. No se trata únicamente de crecimiento económico; hablamos de crear empleos de calidad, fomentar encadenamientos productivos y lograr que nuestros proveedores sean reconocidos como actores de clase mundial.
Aprobar este proyecto es apostar por un Chile que no solo extrae minerales, sino que también exporta conocimiento, tecnología y soluciones para la minería del futuro. Mientras que, postergar la aprobación de AFIDE sería seguir condenando a miles de proveedores a competir en desventaja, en un escenario global donde la innovación tecnológica avanza a gran velocidad.
Soñamos con un país que deje de depender de la extracción de sus recursos naturales y nos convirtamos en una sociedad más equitativa y próspera. El tema es que la piedra de tope nunca han sido las ganas o la capacidad de los chilenos en innovar, sino en la falta de una estructura financiera que permita que las ideas se transformen en negocios. Sí, se puede empezar con un presupuesto acotado, pero para crecer es necesario apalancarse de recursos.
Aunque el capital de riesgo se considera el instrumento por excelencia, en Chile sigue concentrado en modelos como apps o fintech, lo que deja un ecosistema con incentivos insuficientes y poco especializado para acelerar tecnologías profundas orientadas a segmentos B2B de grandes industrias, justamente donde más se necesita avanzar.
Por eso la discusión del proyecto de ley que crea la Agencia de Financiamiento e Inversión para el Desarrollo (AFIDE) es vista con esperanza por el ecosistema de I+D+i, especialmente el nuestro, ligado al sector minero, donde siempre hemos defendido que la verdadera riqueza no radica únicamente en la extracción, sino en la capacidad de generar valor a partir de ellos.
Inspirada en modelos de éxito como el de KFW en Alemania o BpiFrance en Francia, AFIDE permitiría ampliar la variedad de instrumentos financieros disponibles, desde fondos financieros hasta préstamos sindicados, potenciando la inversión privada y compartiendo riesgos. Esto no solo beneficiará a las grandes empresas, sino que abrirá un espacio real para que los proveedores mineros accedan a capital, financien la adopción tecnológica y desarrollen innovaciones que luego pueden exportarse al mundo.
En momentos en que el Ministerio de Minería trabaja en una estrategia para convertir a Chile en un líder global en soluciones mineras hacia 2050, contar con una agencia como AFIDE es fundamental. No se trata únicamente de crecimiento económico; hablamos de crear empleos de calidad, fomentar encadenamientos productivos y lograr que la tecnología desarrollada en Chile sea reconocida a nivel mundial.
Aprobar este proyecto, es para nosotros, apostar por un Chile que no solo extrae minerales, sino que también exporta conocimiento, tecnología y soluciones para la minería del futuro. Mientras que, postergar la aprobación de AFIDE sería seguir condenando a miles de proveedores a competir en desventaja, en un escenario global donde la innovación tecnológica avanza a gran velocidad.
Por Maria Luisa Lozano, presidenta de Minnovex.