En una jornada marcada por la gratitud y la “certeza serena de la fe”, la Diócesis de Copiapó despidió a Monseñor Gaspar Quintana, obispo emérito, quien falleció el pasado sábado en Santiago a los 89 años.
La misa fúnebre, presidida por el actual obispo Ricardo Morales, reunió a autoridades, delegaciones de bailes religiosos y a sobrevivientes del rescate de la mina San José, en un homenaje que destacó la sencillez y valentía del prelado.
Uno de los momentos más emotivos fue el reconocimiento a su legado cultural y espiritual en la Fiesta de La Candelaria. Quintana fue el creador del “Trotecillo”, la oración propia del Santuario y la Misa Solemne con canto a lo divino. “Son catequesis vivas; la fe que se canta y la fe que se camina”, afirmó Morales.
Diversas figuras rindieron tributo al obispo claretiano. El gobernador regional, Miguel Vargas, destacó su dimensión social y humana. Por su parte, Luis Urzúa, jefe de turno de los 33 mineros, recordó el acompañamiento de Quintana en el Campamento Esperanza.
Cumpliendo con el rito y la voluntad del obispo, el féretro fue trasladado a la cripta de la capilla del Santísimo en la Catedral de Copiapó. Allí, Monseñor Gaspar Quintana fue sepultado junto a los restos de su predecesor, Monseñor Fernando Ariztía.




