La comunidad católica y civil de Atacama vive momentos de profunda emoción, esto tras el fallecimiento del de Monseñor Gaspar Quintana, obispo emérito de la Diócesis de Copiapó.
En la Catedral de la capital regional se llevaron a cabo las exequias de Quintana, obispo emérito quien estuvo cerca de 13 años cumpliendo con su labor pastoral en la región.
En conversación con Monseñor Ricardo Morales, actual obispo de Copiapó, se destacó la huella imborrable que Quintana dejó en la diócesis.
Esto porque su gestión no solo estuvo marcada por la defensa del medio ambiente y su humildad, sino por un aporte cultural y espiritual que permanecerá en el tiempo.
En la ocasión, Morales recordó la vida de Quintana y su origen claretiano, es decir Hijo del Corazón de María, lo que también le permitió mantener un lazo entrañable con la Virgen de la Candelaria y los bailes religiosos.
Precisamente fueron los bailes religiosos quienes lo homenajearon en un emotivo responso realizado ayer en el Santuario de la Candelaria.
Tras la misa de exequias, los restos de Monseñor Gaspar Quintana serán depositados en la cripta de la Catedral de Copiapó, lugar donde también descansa el recordado obispo Don Fernando Ariztía.
Esta decisión responde a la voluntad expresa del propio Quintana. Según relató Morales, cuando el obispo emérito estaba dejando la diócesis, se le consultó sobre su lugar de descanso final, a lo que respondió que deseaba permanecer en la capital de Atacama.
Durante la instancia, Monseñor Morales también aprovechó de informar sobre la delicada situación de salud que atraviesan varios colaboradores de la Iglesia local, por lo que la autoridad eclesiástica hizo un llamado a los fieles a orar por la salud de estos hermanos y por el descanso eterno de Gaspar Quintana
