Se apunta a eventual corrupción y fallas en la custodia, así como al riesgo de un posible aumento de poder de fuego criminal. Mencionan, además, que algunas instituciones son blanco de robos por parte de bandas.
Mediante una solicitud a Ley de Transparencia a instituciones policiales y militares, así como también a Gendarmería, la estadística de armas institucionales desaparecidas desde 2020 por diversos motivos -entre ellos el robo- da cuenta de al menos 179 armas que permanecen perdidas.
Datos que son preocupantes, como califica Pilar Giannini, ex jefa de División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior. “Cada arma faltante representa un triple riesgo: un potencial incremento del poder de fuego del crimen organizado, un posible indicio de corrupción al interior de las instituciones o una falla crítica en los protocolos de custodia y responsabilidad”.
Mientras que Francisco Alcorta, investigador de Libertad y Desarrollo, considera que “no son cifras menores ni eventos aislados, ya que cada arma perdida es una potencial herramienta para homicidios, ajustes de cuentas, robos violentos o extorsiones”.
El caso de la PDI es el que más llama la atención de especialistas en seguridad pública, al tener 104 armas extraviadas o sustraídas. “La PDI enfrenta delitos violentos, crimen organizado y narcotráfico, lo que implica un despliegue intensivo de armas cortas en operativos, traslados, entradas y salida de unidades y un régimen de porte más flexible que el de Carabineros en algunas brigadas especializadas”, dice Luis Toledo, exfiscal y actual director del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la U. San Sebastián.
Fuente: Emol
