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La historia de Pablo Águila, el copiapino que pasó del barrio Borgoño a brillar en el fútbol juvenil

Desde las calles de la población Borgoño, en Copiapó, hasta levantar la copa del campeonato nacional Sub-13 con Coquimbo Unido. Así se resume la historia de Pablo Águila, el joven mediocampista que, con tan solo 13 años, ha comenzado a instalar su nombre entre las promesas más destacadas del fútbol formativo chileno.

Su irrupción no solo llamó la atención por el nivel mostrado durante la temporada, sino por el gol decisivo que convirtió en la final ante Universidad Católica, tanto que selló el 1-0 y consagró al cuadro aurinegro como campeón nacional.

Pablo creció en la población Borgoño, donde su historia futbolística comenzó a los 7 años.

El giro clave llegó cuando su familia decidió fundar el Deportivo Borgoño, un club barrial creado por sus padres para apoyar el proceso formativo del joven y de otros niños del sector.

A inicios de este año, el club viajó a un campeonato en Coquimbo, donde el talento del joven copiapino no pasó desapercibido y los captadores de Coquimbo Unido lo invitaron a sumarse y Pablo se quedó, iniciando un proceso formativo de alto rendimiento.

Su evolución fue tan rápida que fue ascendido a la Sub-15, disputando los últimos siete partidos de la Copa Futuro, torneo donde también terminó levantando el título junto al equipo aurinegro.

Además, comenzó a ser seguido por la selección chilena juvenil, con la que entrenó durante dos a tres meses, potenciándose entre los mejores futbolistas de su categoría a nivel nacional.

Detrás del éxito de Pablo hay una historia de sacrificio y acompañamiento. Al inicio, el joven debió vivir solo en una pensión en Coquimbo. Sin embargo, su familia decidió trasladarse completa para apoyarlo en este desafío.

Con una temporada inolvidable, Pablo Águila se proyecta como uno de los nombres a seguir en los próximos años.

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