- El Sernac alertó a los consumidores sobre modelos que no cumplen con estándares de calidad.
- El uso de dispositivos en mal estado puede ocasionar serios daños domésticos, como incendios o cortocircuitos.
La utilización de los alargadores, también conocidos como “zapatillas”, es común en todos los hogares, porque permiten conectar varios dispositivos eléctricos cuando no se tienen suficientes tomas de corrientes. Pese a ser muy prácticos, es esencial usarlos de forma adecuada, puesto que su mal uso puede conllevar altos riesgos, como sobrecargas eléctricas o incendios ocasionados por cables en mal estado o su excesivo calentamiento.
De hecho, hace unos meses el Sernac emitió una alerta por ciertos modelos de alargadores, cuya calidad de cableado no cuenta con certificación vigente por parte de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), lo que podría generar fallas eléctricas y cortocircuitos. Por esto, se recomienda evitar la utilización de alargadores no certificados oficialmente y siempre comprobar la existencia del sello de la SEC en los aparatos.
“Los alargadores, en la práctica,funcionan como un enchufe del que sacas una infinidad de enchufes. Así logran aumentar la capacidad de conectar dispositivos eléctricos, todo esto de manera artificial”, explica Alfredo Thompson, Director Comercial de Schneider Electric, líder global en electrificación y automatización.
Recomendaciones para un uso seguro del alargador
Los alargadores deben incluir mecanismos como interruptores con luz indicadora y fusibles internos, los que cortan automáticamente la demanda energética en caso de fallas, previniendo daños mayores.
Eso sí, lo primero es revisar la etiqueta del producto, ya que allí se indica la potencia máxima soportada. A modo de ejemplo, si el límite es de 1.000 watt (W), no se deben enchufar electrodomésticos de mucha potencia, como secadores, microondas, refrigeradores o hervidores, porque sobrepasan los 1.500 W. En esos casos, hay que conectarlos directamente a tomacorrientes de la pared.
“Algo que se pasa por alto, generalmente, es que se instalan alargadores en zonas peligrosas, como cerca de cortinas, lugares con exceso de polvo, o incluso, cerca de donde corre el agua, como los lavamanos Todas estas riesgosas acciones pueden desencadenar cortocircuitos o incendios”, agrega Thompson.
En línea con esto último, también es relevante no enrollar los alargadores cuando están en uso. Aquello también puede ocasionar exceso de calor, y en consecuencia, un incendio. Por eso, siempre se deben desenrollar estos aparatos antes de enchufarlos.
Por último, se tienen que inspeccionar regularmente, para así advertir a tiempo señales de desgaste, decoloración o conexiones débiles. Si se encuentra alguna de estas anomalías, el cambio debe ser inminente.
FUENTE: AGENCIA