Nicolás Jarry (100° ATP) recordó previo al Masters de Cincinnati lo que ha sido su último año, marcado por la neuronitis vestibular que lo aqueja y que, además, cimentó una mala racha de la que poco a poco, empezó a salir.
“El peak fue en el US Open, donde muchos doctores decían que ya iba a estar bien, pero llegó el partido y seguía muy mal. No tenía ganas de salir de la cama y tuve que hablar con mi psiquiatra”, dijo el tenista chileno a El Mercurio.
Por ello, ‘Nico’ aseguró que cuando regresó a Chile, entró en depresión por su padecimiento. Sin embargo, de igual forma fue a la Copa Davis.
“Tuve el apoyo de Massú, quien entendió que no estaba en un buen momento. El doctor Alejandro Orizola entendía muy bien el tema y fue de los pocos que me dijo desde el principio que tuviera paciencia y que podía ser largo y así ha sido”, agregó.
Admitiendo que lo ocurrido cambió su vida e incluso, la forma de disfrutar el tenis, el oriundo de Vitacura volvió a tocar el tema del caso de dopaje de Jannik Sinner, tenista italiano y número 1 del mundo suspendido por tres meses al dar positivo a Clostebol, un esteroide anabolizante.
“Al final, me habría gustado tener el mismo trato porque la situación de Jannik Sinner fue muy parecido y los resultados, totalmente diferentes. El tiempo y la rapidez con que se tomaron las decisiones y el apoyo que tuvo de la ATP y otros medios no fueron los mismos que tuve yo”, aseveró Nicolás Jarry.
Recordar que, en 2020, el deportista nacional tuvo que estar once meses sin jugar tras ser penalizado por la Federación de Tenis (ITF) al dar positivo en un control antidopaje en el que se le encontró ligandrol y estanozolol, sustancias que pueden actuar como esteroides.
Pese a presentar sus descargos, su defensa no fue escuchada.
FUENTE: BIOBIO CHILE