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Liderazgo femenino en puestos de alta dirección

Lilian San Martin Directora de Ingeniería UNAB, sede Concepción

Las mujeres que ocupan cargos directivos y de alta gerencia demuestran atributos distintivos que les permiten aportar a la gestión estratégica de las organizaciones. Estos rasgos clave del liderazgo femenino deben ser capitalizados por las empresas y la sociedad, pues representan un activo valioso para impulsar el desarrollo y la competitividad en el siglo XXI.

En primer lugar, la inteligencia emocional es una habilidad que sobresale en el perfil de las mujeres líderes. Ellas suelen tener una mayor capacidad de entender y manejar tanto sus propias emociones como las de su equipo, lo que les facilita tomar decisiones más empáticas y comunicarse de forma más efectiva. Esta destreza relacional es crucial para crear entornos laborales motivadores y de alto desempeño. Asimismo, las ejecutivas tienden a adoptar un estilo de liderazgo más participativo y colaborativo, propiciando la involucración de los equipos y generando espacios de diálogo e inclusión. Este enfoque favorece la innovación, el compromiso organizacional y la flexibilidad para adaptarse a los cambios.

Otro atributo relevante es la capacidad de conciliación. Dada su experiencia en equilibrar múltiples demandas entre la vida laboral y personal, las mujeres en la alta dirección desarrollan habilidades excepcionales para priorizar de forma estratégica y evitar el agotamiento. Esta competencia les brinda una ventaja competitiva en un mundo empresarial cada vez más exigente.

Adicionalmente, las ejecutivas demuestran mayor autenticidad y transparencia en su liderazgo, lo cual les permite generar confianza y respeto dentro de sus organizaciones. Esta sinceridad, aunada a su visión a largo plazo y su preocupación por el impacto sostenible, las convierte en agentes de cambio transformador.

El liderazgo femenino aporta una combinación de capacidades que impulsan el desarrollo y la competitividad organizacional. Aprovechar este valioso potencial, desmontando los obstáculos que enfrentan las mujeres, debería ser una prioridad estratégica para las empresas y la sociedad en su conjunto. El camino está trazado, y son las propias mujeres líderes quienes tienen la oportunidad de guiar este cambio.

Lilian San Martín Medina

Presidenta Comité de Igualdad de Género

Facultad de Ingeniería UNAB

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