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Importadores estadounidenses reducen pedidos y acumulan inventarios de cobre

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La medida del presidente estadounidense impacta a distribuidores y fabricantes en todo el país, aumentando los precios y generando incertidumbre sobre el futuro del suministro.

A pocas semanas de que entren en vigor los aranceles del 50% a las importaciones de cobre en Estados Unidos, anunciados por el presidente Donald Trump, el impacto ya se siente con fuerza en la cadena de suministro del metal rojo. Importadores desde Texas hasta Nueva Jersey han comenzado a recortar pedidos y posponer decisiones ante el temor de pagar precios inflados y enfrentar un entorno regulatorio aún poco claro.

El anuncio ha generado un verdadero frenesí global por ingresar cargamentos a EE.UU. antes de la fecha límite del 1 de agosto. Como resultado, los inventarios en almacenes certificados por Comex han alcanzado su nivel más alto en siete años, reflejando una estrategia anticipada de acopio por parte de traders que buscaron aprovechar oportunidades de arbitraje antes de que se aplicaran los gravámenes.

El caso RM-Metals: reducción de importaciones y acumulación de stock

Sam Desai, vicepresidente de RM-Metals, una distribuidora ubicada en Nueva Jersey, señaló que su compañía redujo en un 25% sus niveles de compra tras conocerse la noticia, además de cancelar pedidos en curso cuando fue posible.

“Los clientes no quieren pagar el arancel, es demasiado alto”, afirmó Desai. “Vamos a mantener el inventario y ver qué ocurre en unos meses”.

Este freno en la demanda ocurre a pesar de que los precios en EE.UU. ya venían operando por encima de los estándares globales en anticipación a los aranceles. De hecho, los futuros del cobre en la bolsa Comex han subido un 38% en lo que va del año, en comparación con un alza del 10% en la Bolsa de Metales de Londres (LME).

Incertidumbre regulatoria frena decisiones

A medida que se aproxima la implementación de los aranceles, la falta de claridad sobre qué productos estarán gravados —si solo cobre refinado, aleaciones como bronce o latón, o incluso productos terminados que contienen cobre— está complicando la toma de decisiones de empresas como Aviva Metals, el mayor fabricante y distribuidor de aleaciones de cobre en EE.UU.

“No podemos tomar decisiones de negocio reales hasta que todo esté definido”, comentó Roger Deines, gerente de compras de la compañía con sede en Houston.

Golpe a la industria manufacturera

Charles Bareijsza, CEO de Metals Associates en Nueva Jersey, fue directo con sus clientes: “Prepárense, habrá problemas con los precios del cobre”. La preocupación principal es la imposibilidad de absorber los mayores costos. “Lamentablemente, tendremos que trasladar el aumento a los clientes, y no sabemos cómo lo van a manejar”, agregó.

El cobre es fundamental para sectores estratégicos como la construcción, la tecnología, las energías renovables y los centros de datos. Aunque la intención de Trump es fortalecer la cadena de suministro nacional, todavía no está claro qué tan rápido fluirán las inversiones hacia la industria local ni si serán suficientes para cubrir la demanda.

Riesgos inflacionarios y presión para revertir la medida

Expertos han advertido que, en el corto plazo, el encarecimiento del cobre podría generar presiones inflacionarias en múltiples sectores. Este escenario podría empujar al gobierno a reconsiderar o moderar los aranceles, lo que añade más incertidumbre a los compradores.

“¿Y si baja de 50% a 40% o 30% mañana? ¿Quién cubrirá esa diferencia?”, se pregunta Desai. “Los clientes están muy reacios a hacer pedidos a futuro”.

Fuente: Reporte Minero

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