Los socios de la línea de colectivos número 66 de Copiapó enfrentan preocupación e incertidumbre luego de un nuevo acto delictual perpetrado en su sede, ubicada en calle Estadio. La irrupción violenta dejó importantes daños en el recinto, sin embargo, lo que más inquieta a los afectados es que, pese a la destrucción de accesos y estructuras, no se registró el robo de especies, generando diversas hipótesis sobre las motivaciones detrás del incidente.
Según Hernán Gascón, presidente de la línea 66, la sede está situada en una zona vulnerable, rodeada de sitios eriazos y la cuenca del río Copiapó, lo que ha facilitado la ocurrencia de hechos delictivos en el sector. A pesar de la agresión, los socios continúan evaluando la posibilidad de presentar una denuncia formal ante la Policía de Investigaciones o simplemente dejar una constancia en Carabineros.
Por ahora, las labores se centran en reparar los muebles dañados, reforzar accesos y reponer las rejas de seguridad arrancadas durante el ataque. Mientras tanto, el grupo de transportistas analiza posibles medidas para reforzar la seguridad de la sede y evitar futuros hechos similares.