¿Cómo elaborar un presupuesto? ¿Cuánto destinar a gastos de Navidad y Año Nuevo? ¿Endeudarse o no? Estas y otras inquietudes responde Gonzalo Escobar, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello.
Cuando se acerca fin de año, los centros comerciales y las tiendas en general se atiborran de consumidores en busca de regalos y productos para las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
En vista del aumento del gasto que para muchos puede significar diciembre, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Gonzalo Escobar, comparte algunas recomendaciones que cada consumidor debiese tomar en cuenta a la hora de planificar sus compras y así cuidar el bolsillo.
- El paso a paso para elaborar un presupuesto
Primero que todo, Gonzalo Escobar recomienda hacer un presupuesto de fin de año. Explica que para esto es necesario tener claro cuáles son los ingresos de los que dispone una familia. “Esto considera salario, aguinaldo y cualquier otro ingreso extra, como también los ahorros que a veces puede destinar la familia para este tipo de gastos”, dice el economista.
Luego sugiere hacer una lista de los desembolsos contemplados, es decir, regalos, comida, viajes, entre otros.
También recomienda definir un límite por categoría: “uno puede clasificar, por ejemplo, los compromisos que se tienen con la familia, aquellos con amigos u otras personas relacionadas”, y a partir de ello determinar un monto máximo para cada tipo de gasto.
“Hay que intentar, también, que exista un equilibrio, en el sentido de que los gastos no deben superar los ingresos. Y, en general, lo recomendable no es endeudarse, sino que en cierta medida hacer un ajuste en lo que son los gastos a realizar en esta época”, subraya Escobar.
- Cuánto destinar a gastos de fin de año
Al ser consultado sobre qué porcentaje de nuestros ingresos mensuales debiésemos destinar a los gastos por regalos y celebraciones de fin de año, el especialista de la Universidad Andrés Bello señala que “aproximadamente entre un 10% y un 15% de los ingresos mensuales de la familia deben estar destinados al ahorro. Esta cifra se asemeja a lo que son los gastos extraordinarios, por lo que las compras relacionadas con celebraciones de fin de año no deberían superar el 15%”.
El académico enfatiza que estoy hay que tenerlo especialmente en consideración ya que “una vez que terminan las fiestas, vienen enero y febrero, que son meses de vacaciones, las que también generan gastos para la familia. A ello sumamos que después de vacaciones empieza marzo” y todo lo que ello implica (matrículas universitarias, colegios, permisos de circulación, etc.).
- ¿Adelantar o no las compras?
El economista dice que siempre es recomendable adelantar las compras de Navidad y Año Nuevo: “por lo general está la costumbre de dejar este tipo de compras para las dos últimas semanas de diciembre, y eso lleva a que los precios tiendan a subir”.
Añade que, además de precios más convenientes, al comprar con antelación se puede acceder a un mayor stock y variedad de productos.
- ¿Es opción endeudarse?
Para Gonzalo Escobar, endeudarse es la última opción, y siempre hay que tener en cuenta que la deuda total de un grupo familiar no supere el 25% del ingreso mensual.
Si se va a pedir un crédito, sugiere siempre comparar para conseguir la tasa de interés más baja. “Los préstamos se deben comparar a través del costo anual equivalente (CAE), que es una tasa que cada institución financiera entrega a los clientes” para que así sea más fácil poner en la balanza las alternativas crediticias que se tienen y tomar una decisión.
“Además del costo del crédito, el CAE incorpora los seguros y los gastos asociados a la operación financiera”, detalla.
Por otro lado, sostiene que hay que tener en consideración los plazos en los que una persona se va a endeudar: “pensemos que estos gastos son recurrentes, es decir, todos los años tenemos que hacer gastos en Navidad y, por lo tanto, la lógica dice que, si es que te vas a endeudar, el plazo no debería ser superior a los 12 meses”.
También aconseja evitar usar la línea de crédito y los avances de las tarjetas, ya que son tasas de interés mucho más elevadas que otro tipo de fuentes de financiamiento.
En ese sentido, tomando en cuenta el CAE, a juicio del especialista, la mejor alternativa son los créditos de consumo, que tiene el menor costo para los usuarios; después los avances y los superavances, “que si bien son alternativas mucho más fáciles y rápidas de conseguir, su costo es mucho mayor”, asegura.
FUENTE: Comunicaciones, Universidad Andrés Bello




