La hidratación, alimentación y ejercicio son algunas de las claves para evitar que las altas temperaturas afecten la calidad de vida de este periodo.
Las altas temperaturas del verano pueden aumentar la sensación de incomodidad durante el embarazo, especialmente en un contexto de olas de calor que cada vez son más frecuentes. Debido a los cambios hormonales, las embarazadas suelen presentar una mayor temperatura corporal y un aumento de la transpiración, lo que puede generar malestar y favorecer la deshidratación.
La Dra. Paula Correa, ginecoobstetra de Clínica Universidad de los Andes, explica que “cuando el calor es excesivo, los vasos sanguíneos pueden dilatarse y disminuir la presión arterial, lo que provoca mareos e incluso puede desencadenar complicaciones cardiovasculares. Por eso, es fundamental reconocer las señales de alerta y actuar a tiempo”.

Señales de alarma que requieren atención médica inmediata
- Temperatura corporal superior a 39ºC
- Piel roja, caliente y generalmente seca
- Dolor de cabeza intenso
- Mareos o sensación de desmayo
- Dolor abdominal
- Estado de confusión
- Pérdida de conciencia
También son clave la alimentación e hidratación durante estos días de calor para favorecer el bienestar de la mamá. Por ejemplo, aumentar el consumo de agua y líquidos, preferir comidas livianas y frías, como ensaladas, frutas y verduras. Evitar comidas muy abundantes, frituras, alimentos altos en grasas o condimentos picantes, dado que obligan al organismo a esforzarse más para digerir, lo que aumenta la temperatura corporal y puede intensificar el malestar.
La Dra. Correa presenta cuatro puntos clave que pueden ayudar a tener un embarazo más agradable en este tiempo de aumento de temperaturas:
1. Protección frente al calor
- Evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 15:00 horas.
- Buscar espacios ventilados o con sombra durante actividades al aire libre.
- Aplicar protector solar de manera frecuente y usar sombrero, anteojos de sol y ropa holgada de colores claros.
2. Cuidado de la circulación
- Descansar con los pies en alto y evitar sentarse por largos períodos con las piernas dobladas.
- Realizar ejercicios suaves con los pies, masajearlos o refrescarlos con agua para activar la circulación.
- Considerar el uso de medias de compresión si es necesario.
3. Actividad física adecuada
- Realizar ejercicios aeróbicos suaves en horarios frescos y mantener un ritmo moderado, evitando entrenamientos en ambientes calurosos.
4. Buen descanso
- Dormir en habitaciones ventiladas o con ventilador.
- Usar ropa de cama y pijama de algodón.
- Mantener rutinas de sueño que favorezcan el descanso en noches calurosas.
Por último, la especialista destaca que “el embarazo durante el verano puede vivirse con tranquilidad si se toman las medidas adecuadas. Es importante escuchar al cuerpo, mantenerse hidratada y evitar la exposición excesiva al calor para el bienestar tanto de la madre como de su hijo”
FUENTE: COMUNICACIONES, CLINICA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES




